lunes, 28 de junio de 2010

DEMASIADO para corregir.

Hace rato que me llama demasiado la atención el mal uso que se da a los adverbios "bastante" y "demasiado". ¿No escuchaste decir alguna vez "te quiero demasiado" o "¡sos demasiado para mi!"?
Vamos a analizar un poco lo que ésta palabra significa: es algo que excede un límite tolerable; Cuando como demasiado, me duele la panza.
No es bueno demasiado en nada, ¿Qué mierda quiere decir "te quiero demasiado"? Quereme, pelotuda, pero quereme mucho, o muchísimo si tenés ganas (y te da el cuero), pero demasiado es un amor enfermo para ir empezando, así que das media vuelta y te vas.

Bastante también tiene lo suyo.
- ¿Te gustó el asado?
- Bastante.

¡La concha de tu hermana!. Decime que te pareció una mierda y me voy a sentir muchísimo mejor. Y no me vengas con que bastante quiere decir ni mucho ni poco, sobre todo después de haber estado asando como un gil, porque no tenés razón.
Pero lo peor de todo es que creo que el mal uso que se da de los "bastantes" y los "demasiados" obedece al escaso número de palabras que tiene la gente. Como consecuencia, esas poquísimas palabras que se manejan tienen necesariamente que alcanzar para expresar TODO, muchas veces con dudoso éxito.
Estaría bueno que nos empeñásemos en hacer buen uso de un idioma tan rico como el que nos tocó. No dejemos de lado el hecho de que el lenguaje es el único medio eficaz que tenemos para expresar ideas, pensamientos. Un lenguaje limitado es también una limitación en la capacidad para pensar.
Claro que todo esto se agrava más cuando quien hace mal uso del lenguaje es alguien que, se supone, lo utiliza como herramienta en su profesión.
Hoy ví una propaganda de Queso Finlandia. "Demasiado rico", dice el slogan. Y no sé por qué, pero cuando Finlandia me dice que su queso es demasiado rico, yo creo que a mí no me va a gustar.

1 comentario:

CaaaRo. dijo...

Jajajaja, la verdad, y cuando uno la tiene, la tiene.