viernes, 23 de abril de 2010

Hola, soy el título.

Anoche soñé que estaba festejando algo, creo que era navidad, y hoy me puse a acordarme de la ultima noche del 24 (y no tiene nada que ver con ningun jugador de futbol, por favor).
La noche del 24 salí de casa y se me ocurrió mandar un sms deseando felicidad a varias personas.
Llegué a lo de mi abuela, donde la ibamos a pasar con todos los familiares, los peleados y los que no. La gente fue cayendo al baile mientras nos ibamos acomodando estratégicamente.. “bueno, vos te sentás acá, yo me siento al lado tuyo así no estoy cerca de “tal” y ponemos a “cual” cerca de “tal” ya que ellos se llevan bien. Y a mongocho lo sentamos allá, y a mengano acá. Te parece?” Y nada de si A es amigo de B y B es amigo de C, A es amigo de C porque ni ahí.
Listo. Si no fuera porque me tocó una banqueta, todo lo demás estaba perfecto.
Noche buena no tan noche buena.
Cuando llegó mi tía lo primero que dijo fue “cómo que no hay arbolito?”
-No, no hay arbolito
Llegando a las doce, trajeron el champú y algunas sidras y “los encargados de traer la frutas secas", comenzaron a sacar de una bolsa confites. CON-FI-TES!
El capo de mi primo más chico dijo en un momento “La navidad, no es navidad sin arbolito” a lo que mi vieja le respondió “ si querías arbolito hubieras venido vos a armarlo”.
Y yo pensé “qué arbolito ni arbolito! Odio esas fechas, pero lo único que espero con ansias todo el estúpido día de noche buena es poder comer almendras, nueces, avellanas, etc.. y ésta gentuza trae “CONFITES?”. Lamento, pero una noche buena sin frutas secas, no es una noche buena.. o no es una buena noche, o como sea.
Después de las 12, algo impuntual, llegó Papá Noel únicamente por parte mi abuela. (Yo diría mamá noel). Resulta que yo estaba con mi prima charlando en el sillón cuando la llamaron para darle el regalo. Volvió a sentarse conmigo y antes de que lo abra le dije “ese es de mí para ti, es un budín” a lo que ella se cagó de risa. Mientras ella lo abría me llamaron a mi, recibí mi regalo, agradecí y me fui a sentar con ella. A penas me senté, descostillada de la risa me dice “boludo, era un budín!”…
Existe el budín en la quiniela para jugarle?
Si. Gente. Recibí dos regalos de Navidad. Uno de mi abuela, que fue una remera. Y el otro de no-se-quién, un budín.
Que por cierto estaba más que delicioso.
Por supuesto hubo las típicas charlas de Noche buena:
-¿Viste qué caro está todo? (uf! Si, podemos hablar de otra cosa? Esto lo escucho todos los días en la parada del colectivo, en el almacén..)
-¿Qué hora es? Y si llamamos al 113? No, no... poné TN! Sincronicemos relojes! (Pero qué carajo, cuando suenen todos los cuetes juntos, ahí justo van a ser las 12)
-¿Viste cómo adelgazó aquella? Y cómo envejeció el otro… (No, la verdad que no me di cuenta ni me interesa, viste que ricas están las nueces?)
-Familiar: Tenés que venir a casa!
Yo: Gracias por la invitación
Familiar1: Nunca viniste, vivnieron todos menos vos!
Yo: bueno, bueno te agradezco (loca, si nunca fui es porque no tuve ganas)
Familiar1: Bueno, la invitación está
Yo: (Posta? No me había dado cuenta!) ok, gracias.

Me cansé.

No hay comentarios: