miércoles, 7 de julio de 2010

Dentista

Qué raza más rara la de los dentistas.. ¿No?. Tienen esta costumbre de cagarte a pedos porque vas con la boca hecha un desastre. Yo no entiendo por qué te retan si justamente caerles con una comunidad de bacterias que han formado una mini ciudad en la boca, a ellos les da de morfar. Pero no. No se detienen en que eso les genera laburo, te cagan a pedos igual. Y qué ingratos. Porque ya uno lucha contra sí mismo para ir porque como todos sabemos es un bajón ir al del dentista.
Otra de las cosas que me llaman la atención de esta gente es que te dan charla cuando vos tenés en la boca toda clase de aparatejos raros. Te enchufan el chirimbolo ese asqueroso que te succiona la saliba, te estira el cachete con el espejito a más no poder, te mete en la boca el gancho del Capitán Garfio, Y ENCIMA te pide que abras bien la boca. Definitivamente nunca pensé que podría abrir tanto la boca. (Temo que se me deforme)
Y te pregunta. "¿Cómo vas en el trabajo?"
Y vos, como podés, intentás responderle sin tragarte ningún artefacto de los que tenés colgados y te sale un.. "Guien, gue gue go.. Gorgal.." Y te das cuenta de que no se te entendió un choto. Pero el tipo, no se mosquea y como se ve que ya tienen decodificado todos los fonemas, te dice algo como "me alegro, la otra vez andabas medio mal, recuerdo que me contaste".. (Eeeeeh.. me parece que te estás confundiendo de paciente porque yo no te conté nada). Después te pide que escupas y vos con la boca medio dormida, los labios todos estirados y estresados por el manipuleo, intentás escupir pero te babeás todo el babero verde descartable que te puso la asistente.
Y la pera, claro.
Muy agradable.
Yo creo que los tipos estos deberían ponerle más onda a su profesión. Se tienen que modernizar. ¿Nunca pensaron en pintar el techo con colores raros o con dibujos? Para el paciente sería más agradable mirar algo colorido durante la hora y media que puede llegar a estar, a ver un techo blanco ala aburridísimo. (La mancha esa de humedad no estaba la otra vez..)
Y encima salir de ahí con la boca dormida. Y cada tres segundos te pasás la mano por los labios para cuidarte de no estar babeándote y que la gente te mire como a un paciente del Borda.
Me niego. Me niego a volver a lo del dentista.

1 comentario:

Sofía Pía. dijo...

Jajajajaja coincido con vos, tarado. Estaría mejor que pinten el techo con cosas raras; igual a mi me copa ir al dentista.
No te desconectes más, chauteodio ¬