Odio - Primera parte .

# Odio a los flacos que, cuando van a mear, no levantan la tabla. Desde mi posición de hombre, (bueno, ok, "hombre") comprendo todas las dificultades que existen a la hora de mear, cosa que las mujeres en pleno siglo XXI no. Precisamente por eso es este odio. Veamos.. al dejar la tabla puesta, se reduce el área de trabajo, entonces aumentan las posibilidades de error, y eso implica una posible mojada de tabla. Si hablamos de un baño público en un boliche, en una estacion de servicio o algo similar, me da lo mismo. Es más, si hay tabla es una suerte. Pero en la casa de alguien, o en la de uno mismo, es otro cantar. Estamos hablando de 30 putos milisegundos que pueden cambiar toda la experiencia, maximizar la puntería exitosa, y por sobretodo, aseguraría el no manchar donde después uno tiene que apoyar el culo para cagar. Odio también a la gente que después de hacer lo que haga con el inodoro, no baja la tapa. La principal, la que conocemos todos, la tapa que tapa todo. PARA ALGO ESTÁ. Es más, seguro que se evitarían accidentes de esa manera. O a la gente que tiene esos inodoros en que no se pueden levantar las dos tapas porque la mochila está mal ubicada, y hace que se baje una o las dos tapas, creando un peligro importante para la existencia del lagarto inguinal.
# Odio a la gente que pide monedas en el bondi o en la puerta de los supermercados con un bebe en brazos, pero como eso es serio y sé que me voy a terminar sacando porque es algo que odio con todo mi corazón, voy a hablar de otro defecto que tienen, y es eso de pedirte las monedas usando un cantito cuando hablan,o algun defecto de pronunciacion. Pero no cantito como un acento del interior o algo así, sino cantito como si fuera un nene de 1º grado leyendo una poesía. Un estilo: “Señor señora.. estoy aquí.. para pedirles.. ayuda con.. unas monedas.. porque yo.. abuso de.. los puntos…..........…… suspensivos”. ¿No se dan cuenta que pierde MUCHÍSIMA credibilidad? La base para que esto suceda depende enteramente del argumento que presenta y la lástima que genera. Una persona que me canta “¡DAME MONEDAS!” en do mayor no cumple su función. Para eso, prefiero que me caiga con una mandolina y cante realmente una canción cual:

Mireme señor, señora
No tengo un peso para comer
pero toco la mandolina
dame monedas y te dejo de joder.

MAN-DO-LI-NA
Mandolina para beber
MAN-DO-LI-NA
Mandolina para comer (8)

Jjajajaja tenganlo en cuenta.