Y aquel día, aquel instante jamás llego, las palabras se quedaron en nuestras gargantas, los besos se volvieron fantasmas en nuestros labios,
detesto verte hablando con hombres, no lo soporto, pero sos vos quien tiro todo a la miérda, quien no se animó, y fui yo quien demostro más, quien se la juego por vos y el momento en que nuestras manos se juntaran nunca llego y lo único que faltaba llegó..
El adiós.
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